16 ene
2016
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La fascinación por las islas desiertas y su idealización como lugares paradisíacos, son dos conceptos muy presentes en la cultura occidental.
¿Quién no ha soñado alguna vez con perderse en una soleada isla remota, con una playa de arena blanquísima, rodeada de palmeras y bañada por un mar de aguas transparentes e intensamente azul turquesa?, seguro que todos lo hemos hecho, pero en realidad, no es oro todo lo que reluce.
Del mismo modo que la placentera ensoñación de una isla salvaje y tropical para nosotros solos se convierte en un fastidio cuando llega la hora de enfrentarnos a