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Se llama Cogito (creo, pienso en latín), y utiliza la tecnología del MIT y de DARPA para desenmascarar las intenciones implícitas pero ocultas en la voz de las personas cuando hablan.

Si con el lenguaje no verbal somos capaces de transmitir información valiosa que complementa al habla, dentro del propio habla también hay señales inconscientes que revelan una intención distinta o superpuesta al propio mensaje. Eso es justo lo que Cogito pretende capturar y desvelar.

Su sistema, todavía en desarrollo, ha despertado el interés de varias compañías hasta el punto de haber logrado recientemente una inversión de 5.5 millones de dólares.

Por supuesto, esta inversión y el desarrollo en sí tienen un público objetivo final, y son entre otros las compañías para las que la atención telefónica tiene una fuerte importancia. Esta herramienta puede orientar al operador sobre el tono de la conversación o el fin último que está persiguiendo su interlocutor.

Cogito también orienta al operador en otras cuestiones, por ejemplo sobre cómo llevar la conversación para conseguir un objetivo prefijado. En cualquier caso, también puede tener su fin en herramientas gubernamentales a largo plazo.

Por otro lado, está el factor de que si los interlocutores son conocedores de que esta herramienta está siendo utilizada, automáticamente aumentará su honestidad, ya que será consciente de que si comienza a utilizar artimañas será mucho más fácil ser detectados y por tanto la ventaja pasaría a la otra parte.

El apoyo recibido en forma de inversión no es baladí. Salesforce Ventures y Romulus Capital son las compañías que han participado en ella, las cuales gozan de una larga trayectoria en cuanto a inversiones tecnológicas; tanto es así que trabajan de forma muy cercana a institutos de investigación y universidades.