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C.Estévez

Aún son demasiados los restaurantes que no otorgan al vino la importancia que merece dentro de su propuesta gastronómica. Un buen vino no sólo complementa tu cocina sino que la realza y viceversa. El compañero perfecto para tus platos y un servicio que puede ayudarte a fidelizar clientela atraída por la calidad y variedad de tu carta de caldos. Nuestro país es afortunado en bodegas que elaboran vinos de calidad y prestigio que se exportan a numerosos países de todo el mundo. Es el caso de Bodegas Protos, que recientemente organizó en Barcelona ante periodistas expertos en gastronomía y blogueros el evento #AlmadeProtos, que consistió en mostrar a los prescriptores del vino y la gastronomía, que hay detrás de esta prestigiosa bodega, la primera de la Denominación de Origen Ribera del Duero, y una de las marcas más reconocidas del vino a nivel nacional. En el céntrico Restaurante Bardot de la Ciudad Condal, se presentaron siete de los vinos más emblemáticos de Bodegas Protos que se armonizaron con siete platos diseñados exclusivamente por los responsables del restaurante barcelonés.

Madurez y reposo

Protos, del griego “primero”, es sinónimo de  madurez y reposo en la mayor y primera de las bodegas de la zona, manteniendo su fama a lo largo del tiempo. En 1927 el arrojo y el apego a la tierra de los viticultores de la comarca, consiguieron unir los mejores esfuerzos para crear la bodega, la primera de la Ribera. Un proyecto de futuro que además de haber llegado intacto hasta nuestros días, crece y se multiplica cada año, y ha llevado su nombre hasta el panorama internacional. Los años 30 supusieron  su asentamiento definitivo a nivel internacional. Especialmente a raíz de que la Exposición Universal de Barcelona de 1929 otorgase a sus vinos tintos la medalla de oro. La empresa creció con mucha rapidez y se plantearon los primeros problemas de espacio comenzando así su expansión por toda la comarca. Fue la época del inicio de la construcción de una bodega de envejecimiento en pleno corazón de la montaña que sustenta el castillo de Peñafiel. Es tal su marca de calidad y prestigio, que en los años 80 una franja vinícola de reconocida consideración adopta su nombre, Ribera de Duero, para identificar al Consejo Regulador de Denominación de Origen que velará por la calidad de los vinos de la zona. En 1995 se amplia la bodega de crianza y se consolida en el panorama vinícola internacional. El proyecto ha seguido creciendo con la adquisición en Anguix (Burgos) de una bodega con una capacidad para elaborar hasta tres millones de kilos de uva, de los cuales 1,5 millones pasa por mesa de selección dotada de la más avanzada tecnología.

Protos puede presumir de contar con varias bodegas, de distintas denominaciones, diferentes en forma, pero muy semejantes en cuanto a fondo. De este modo, Protos, dispone de dos bodegas en el corazón de la Ribera del Duero: Peñafiel (Valladolid) y Anguix (Burgos) donde se elaboran sus afamados tintos de crianza y los envejecidos. Su otra bodega se sitúa en el corazón de la denominación de origen Rueda: La Seca (Valladolid), donde se elabora sus exitoso vino verdejo. Los vinos de Protos están  presentes en los mercados europeos, especialmente Alemania. Así como en los mercados sudamericanos entre los que destacan Puerto Rico, Brasil, Panamá, Méjico y Perú. En total Bodegas Protos exporta sus caldos a más de más de 91 países, en los cinco continentes, América, Asia, Oceanía, Europa y África.

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