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Revertir el calentamiento global es el principal desafío al que se enfrenta la especie humana en la actualidad. El fenómeno provocado por toda clase de actividades irresponsables durante el último siglo amenaza con una inmensa variedad de terribles consecuencias. En este sentido, el aumento en el nivel del mar es una de las más visibles y perjudiciales que van a derivar de este inmenso problema.

A pesar del escepticismo de su máximo mandatario, Estados Unidos se asemeja como un país especialmente vulnerable al calentamiento global, perceptible por ejemplo en el aumento en la frecuencia y gravedad de los huracanes que azotan sus dominios cada verano. Concretamente, en el sur de Florida se halla uno de los lugares del mundo más susceptibles de sufrir daños económicos y físicos por el aumento en el nivel del mar.

De acuerdo con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU., para el año 2060 el nivel del mar habría aumentado en 90 centímetros en Miami. Asimismo, la compañía inmobiliaria Zillow estima que para finales de siglo unas 934.000 casas en este estado estarían en riesgo de ser inundadas por el mar. No hay que olvidar que en 2014 Florida se convirtió en el tercer estado más poblado del país, superando a Nueva York. En menos de un siglo, pasó de ser paraíso natural habitado por caimanes, a ser un hervidero humano de 20 millones de habitantes.

343.000 paneles solares para dar energía a una ciudad

Debido a todos estos perjuicios, el exjugador de futbol americano Syd Kitson decidió empezar hace pocos años un proyecto de ciudad ecológica en el estado de Florida. Babcock Ranch es el nombre esta utópica urbe, que a día de hoy se alimenta al 100% de energía solar gracias a 343.000 paneles. La ciudad alberga un terreno equivalente a unos 200 campos de fútbol, y se estima que algún día llegará a albergar a 50.000 residentes. De momento solo se han construido 100 casas y se han mudado dos familias, pero escolares de las ciudades cercanas ya han llenado la primera de varias escuelas planificadas.

Por otro lado, la idea de los fundadores de Babcock Ranch es que sus habitantes puedan vivir sin la necesidad de vehículos que dependan del combustible fósil. Los buses eléctricos y autónomos empiezan a hacer recorridos de prueba en esta ciudad, que, de acuerdo con Kitson, estaría orientada sobre todo a los millenials y a los miembros de la generación del Baby Boom. ?Estas generaciones quieren vivir con todas las comodidades, pero sin el sentimiento de culpa que produce el coste ambiental de ese estilo de vida?, explica Kitson a BBC Mundo.

Kitson espera que iniciativas como la suya ayuden a convencer a otros de la necesidad de tener en cuenta el factor medioambiental en el desarrollo urbano de las regiones. Se trata de una idea pionera y a la vez necesaria para la prosperidad del planeta. Dejar de lado las consideraciones ecologistas sería condenarnos a un futuro inhabitable para la vida.