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Durante todo el recorrido por Argentina que hicimos, cada día fue inolvidable, ya que vivimos experiencias únicas, y una de ellas fue la excursión que hicimos en Calafate, Navegando entre glaciares.

Como pensábamos que era una excursión imprescindible que había que hacer en Calafate, la llevábamos contratada desde España, pero vimos que la ofrecían en muchas oficinas de turismo allí mismo. La excursión duraba todo el día y empezó muy pronto por la mañana. Sobre las 7:20 nos vinieron a recoger al hotel para llevarnos al barco. A las 7:10 ya estábamos en la recepción del hotel preparados, haceros una idea a qué hora sonó el despertador....

La excursión en Calafate, Navegando entre glaciares, parte desde Punta Bandera, que está a unos 40 minutos en coche desde Calafate. Aquí se embarca en un barco que hace el siguiente recorrido:

Partiendo de Punta Bandera, situado en el lago Argentino, la primera parada es en el glaciar Upsala, atravesando la boca del diablo por el brazo norte. El glaciar Upsala está en retroceso, es decir, está continuamente perdiendo masa. Esto significa que partes del glaciar se van desprendiendo del cuerpo principal por lo que nos encontramos con muchos témpanos flotando por todo el brazo norte del lago argentino. Debido a estos témpanos, el barco no se puede acercar mucho hasta el glaciar Upsala porque puede ser peligroso. Si eres muy aventurero existe la posibilidad de navegar en Kayak por el brazo norte del lago argentino. Sin duda, debe ser una experiencia única poder ver esos inmensos témpanos tan cerca.

El glaciar Spegazzini es la siguiente etapa de la excursión navegando entre glaciares. Volviendo sobre nuestros pasos, y pasada la emoción inicial, es cuando empezamos a asombrarnos con el increíble color que tienen los témpanos. Son de un azul puro precioso. Es una pena que en las fotos no se pueda apreciar tal y como son en realidad. Un consejo, hay que mirarlos sin gafas de sol, porque, aunque parezca mentira, el color es diferente. Hay que mirarlos directamente para poder apreciar ese color tan puro. En este caso, el barco se acercó mucho más y pudimos observar lo grande que es. En números, tiene una superficie de 66 Km2 y mide 1 Kilómetro y medio de ancho. El frontal también es espectacular, con 135 metros de alto. Mientras estábamos allí, se desprendieron algunos trozos de glaciar y el ruido que hacía me sorprendió mucho. Por compararlo con algo, me recordó a un trueno, cuando tienes la tormenta encima, pero mucho más largo. Por último, comentaros que el nombre del glaciar Spegazzini viene de un botánico llamado Carlos Luis Spegazzini que fue el primero en estudiar la flora de la zona.

La siguiente parada era el Perito Moreno y nos avisaron por megafonía que eran 2 horas de travesía. Hasta ese momento habíamos estado en la cubierta todo el tiempo, pasando bastante frío, pero hay un refrán que dice "sarna con gusto no pica". Íbamos muy bien preparados porque cuando el barco cogía un poco de velocidad el viento venía frío, muy frío, pero ahí aguantamos disfrutando del paisaje. Pero en ese momento decidimos bajar a la zona cubierta del barco para comer y entrar en calor. Los asientos eran muy cómodos y como no había mucha gente pudimos coger un buen sitio. El barco está muy bien equipado, con baño, bar y tienda de recuerdos. A nosotros nos dieron una box-lunch, que entraba dentro del precio de la excursión pero si no lleváis comida, se puede comprar algo allí. Lo que si hicimos fue tomarnos un chocolate bien caliente para entrar en calor.

abrovechamos también este tiempo para leer un poco sobre lo que estábamos viendo. El lago Argentino pertenece al Parque Nacional de los Glaciares, y esta parte del parque, en la zona norte de los glaciares Upsala y Spegazzini están dentro de un pequeño lío limítrofe entre Chile y Argentina, ya que los glaciares hacen de frontera natural entre los dos países.

Una vez navegado de vuelta el brazo norte del lago argentino, el barco se adentró por el canal de los témpanos hasta la cara norte del Perito Moreno. Su nombre es un homenaje a Francisco Pascasio Moreno, un importante científico argentino, apodado Perito Moreno (ya que Perito significa algo así como experto). Este glaciar es uno de los más famosos y uno de los más estudiados ya que es muy accesible, encontrándose a tan solo 200 metros sobre el nivel del mar. De hecho, además de poder verlo desde unas pasarelas construidas para poder verlo de cerca, se puede hacer un minitrekking por el Perito Moreno.

El Perito Moreno tiene una cara norte y una cara sur, ya que el glaciar apoya sobre la península de Magallanes. Debido a la erosión del agua, en este lugar se forma un arco hasta que colapsa y se derrumba. Y luego otra vez se vuelve a formar. El glaciar Perito Moreno se dice que está en equilibrio ya que la masa que pierde la va recuperando cordillera arriba alimentándose de los glaciares que ahí allí. La pared vertical mide 5 kilómetros de largo y unos 50 ó 60 metros sobre el nivel del agua, pero es que por debajo hay como unos 120 metros más de glaciar. Es difícil explicar lo impresionante que es estar ahí, pero creedme, lo es.

Y después de estar un rato largo frente al glaciar Perito Moreno, volvimos navegando hasta Punta Bandera. Este último trayecto lo quisimos hacer en cubierta, para disfrutar del paisaje, el viento glaciar y esos azules del lago y de los témpanos. Sin duda, la excursión de Calafate, navegando entre glaciares no nos defraudó.
El Parque Nacional de los Glaciares es Patrimonio de la Humanidad desde 1981.