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A estas alturas nadie duda de que uno de los aspectos más delicados del calentamiento global está en los polos. En concreto, el deshielo de Groenlandia avanza a pasos agigantados. Así lo ha apuntado un estudio llevado a cabo por un grupo de científicos de la Ohio State University. No ha sido una simple reseña. Los investigadores afirman que el proceso ha alcanzado un punto de no retorno.

Según la investigación, cada año se derrite más hielo en Groenlandia del que se repone. La nieve que cae en el invierno lo hace en menor cantidad del hielo que se pierde en el verano. El estudio lo ha comprobado a base de revisar los datos de satélite de los últimos 40 años, a nivel mensual.

La revisión tenía como objetivo registrar la variación de niveles de más de 200 grandes glaciares de Groenlandia. Hay que destacar que la región es el segundo glaciar más grande del mundo. Su importancia, por tanto en el nivel de los océanos es clave. De ahí que las consecuencias del deshielo de Groenlandia tengan efectos globales.

Anteriormente ya se ha visto que los polos pierden alrededor de 300 gigatoneladas de hielo al año. Esto resulta imperceptiblemente con una frecuencia anual, pero desde 2003 el nivel del mar ha crecido 14 milímetros. EL deshielo de Groenlandia contribuye a esta cifra en buena medida. Los investigadores calculan que en los próximos 80 años el agua derretida de la región causará un aumento del nivel del mar de 6,9 cm.

Un lamentable hito

Es la primera vez que un estudio confirma el punto de no retorno para Groenlandia. Aunque es cierto que la posibilidad se contempla desde hace tiempo. Se ha medido que ahora el hielo de la región se derrite cuatro veces más rápido que en 2003. Era cuestión de tiempo que se rebasara esta peligrosa frontera.

Los científicos han comprobado que hasta el año 2000 Groenlandia tenía las mismas posibilidades de ganar hielo que de perderlo anualmente. Pero en los últimos años el ratio se ha vuelto desigual. En un siglo entero solo tendrá la posibilidad de ganar masa un año. El pasado 2019 fue especialmente dañino para la región. La ola de calor que azotó a Europa se dejó sentir. En solo cinco días se vertieron al mar 55.000 toneladas de agua.

El ritmo del deshielo de Groenlandia va a tirones. Pero los científicos hacen notar la gravedad de la cuestión. Si la región se funde por completo el nivel del mar podría subir unos 7 metros, anegando ciudades y pueblos enteros.