08 ago
2022
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El precio de una mala estrategia energéticaEnviado por sociedadinformacion . Etiquetas: Sin clasificar |
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El próximo invierno en el continente europeo, con precios récord de la energía se anuncia decididamente muy movido. Una plataforma ciudadana en el Reino Unido, Don’t Pay UK, está haciendo campaña y llamando a la desobediencia civil para convencer a los consumidores de que dejen de pagar sus facturas a las compañías energéticas, dado que el brutal incremento de los precios puede convertirse, en muchos casos, en un verdadero problema para familias que se ven obligadas a sacar dinero de donde pueden para pagarlas.
Además de las habituales manifestaciones y otros mecanismos clásicos de protesta, la plataforma aspira a convencer a un número suficiente de ciudadanos que provoque problemas serios a las compañías energéticas, a las que acusan de beneficiarse de la situación. Para hacerlo, piden a los consumidores que cancelen las domiciliaciones de los recibos de las compañías en sus bancos para tener control sobre la situación, y que hagan activismo además pegando carteles en las ventanas de sus. casas que den a la calle.
El gobierno califica la campaña de irresponsable, y afirma que no solo provocará más incrementos de precios, sino que además, llevará a muchos usuarios a las listas de morosos. La plataforma, por su parte, afirma que para muchos, esta opción no es una elección, sino que se ven forzados a no pagar por una circunstancia que proviene de una mala planificación del suministro energético por parte de su gobierno y de los anteriores. Según sus datos, unas 75,000 personas están ya decididas a tomar acción si el gobierno no anuncia algún tipo de medida drástica en este sentido.
¿Qué estamos pagando? Simplemente, años de inacción en el ámbito energético. Si los gobiernos hubieran obligado a las compañías energéticas a asumir compromisos en el ámbito de las renovables mucho antes, la dependencia de las importaciones de petróleo y gas de otros países sería ahora sensiblemente menor, y por tanto, mucho más asumible. En su lugar, lo que los gobiernos pretenden ahora es «que consumamos menos», mientras siguen adquiriendo combustibles fósiles – ahora a precios más elevados – que no arreglan la situación.
Por supuesto, esto servirá a los buitres de la industria nuclear, que viven básicamente de plantear proyectos fraudulentos con brutales sobrecostes y gastos de mantenimiento que pagan todos los ciudadanos, para decir que ellos son «la solución a todos los males». Para comprobar que esto es radicalmente falso, no hay más que hacer una comprobación: ¿cuál es el coste de la energía en Francia, el país que más fuertemente apostó por la energía nuclear? ¡Oh, sorpresa… está entre los más elevados de toda Europa! ¿Cómo es posible?
La respuesta es muy sencilla: la energía nuclear no es la solución. Ahora mismo, los problemas energéticos de Francia con sus centrales nucleares son más importantes para Europa que la dependencia del gas ruso. No lo olvidemos: cuando antiguos responsables de la regulación de centrales nucleares en varios países avisan específicamente de la no conveniencia de construir nuevos reactores, las cosas no pueden estar más claras. Estamos hablando de una industria que nos engaña como auténticos trileros, que solo pretenden capturar más dinero público para proyectos que son auténticos pozos sin fondo, inadecuados para un mundo en inestabilidad climática, que incrementan la dependencia de países como Rusia y que generan problemas de gestión de residuos.
Que los precios de la energía se disparen es el resultado de una espantosa planificación política a lo largo de muchas décadas. Que los ciudadanos no puedan o no quieran pagar por los errores de unos políticos que han provocado la actual situación entra prácticamente dentro de lo razonable. Y no, no hay «soluciones milagro», diga lo que diga el lobby nuclear. La solución es replantear los sistemas de generación para depender más de las únicas fuentes verdaderamente inagotables que existen en el planeta.
Artículo de Enrique Dans .
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