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Dentro de poco llegan las ansiadas navidades y con ellas la tradición de regalar juguetes a niñas y niños. Precisamente hoy escribo este post porque ha caído en mis manos uno de esos catálogos de juguetes que imprimen en navidad.

En general el objetivo de los juguetes es entretenerse, pero también, mediante ellos, aprendemos y nos formamos.

Con los juegos, ya desde bebés, desarrollamos aspectos intelectuales, psicológicos, sensoriales, motrices, de socialización, etc… Mediante el juego descubrimos el mundo, experimentamos e incluso ya probamos los valores y las normas que nos conducirán en nuestra vida adulta.

Aquí es ya donde “juegan” su papel los estereotipos que en este catálogo he visto que siguen reforzándose.

En las páginas de los disfraces, encuentro varias páginas (sin exagerar) de niñas disfrazadas de princesas (con alas, con coronas, sin corona, con varita…). Avanzo y me encuentro con los disfraces de profesiones: enfermera, doctora y veterinaria. Hay por último una niña superhéroe ataviada, eso sí, con falda y capa rosa. A los niños se les proponen disfraces de astronauta, guerrero y distintos tipos de superhéroes. Respecto a las profesiones nos encontramos con bombero y policía.

Ya si nos vamos a los juguetes:

• cocinas, planchas, aspiradoras, casas, sets de maquillaje, carritos de bebés, cunas… ¿para quién?
• coches, guerreros, espadas, monstruos, villanos, dinosaurios, pistolas, drones, trenes, aviones… ¿para quién?

En estas etapas infantiles se imita mediante el juego al mundo adulto y me extraña que, ya casi en 2016, nos sigan “vendiendo” una niña cariñosa, cuidadora, guapa, dependiente, sensible… frente a un niño luchador, guerrero, competitivo, valiente, poco emocional…

Y lo que más me extraña es que actualmente vemos naturalmente a papás acunando a sus niños, a mamás trabajando de policías, a mujeres pilotando aviones, hombres asistiendo a enfermos y me pregunto dónde se refleja esta realidad que ya vivimos a lo que luego mostramos en este catálogo.

Simplemente pido esta reflexión antes de elegir o prescribir los juguetes para nuestros pequeños y pequeñas. Esos juguetes que les impulsan a soñar, a sonreír, a imaginar y, en definitiva, a vivir.