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Título: La familia Autora: Sara Mesa

Páginas: 232 pág.

Editorial: Anagrama

Precio: 18,90 euros

Año de edición: 2022

Sara Mesa es una escritora que no para de crecer. En los últimos años nos ha regalado varias novelas y relatos estupendos, cada vez mejores, en clara progresión y ahora nos ofrece esta novela redonda, muy lograda, con mucha enjundia y fundamento, que no hay que dejar pasar.

Estructurada en 14 capítulos largos, que funcionan perfectamente como relatos independientes, nos ofrece un retrato completo y en profundidad de una familia numerosa formada por los padres y cuatro hijos, dos chicos y dos chicas, de las que la pequeña es adoptada, Los capítulos cubren varias décadas y se centran en uno u otro de los hijos, de manera que puede parecer poco organizada y al azar. Cada uno empieza in media res, no se explica mucho y el lector tiene que ir uniendo mentalmente la particular visión que ofrecen, cual piezas de un gran puzle, hasta obterner el retrato de famila completo y global.

Los padres son típicamente españoles, no sé cómo serán los de otros países, pero los de aquí los conozco bastante bien, y parecen pertenecer a la misma generación que los padres de la autora. Sé de varios casos de progenitores de esa época con algún que otro problema de personalidad. No todos eran así, pero creo que una porción de ellos, sí. Personas que habían crecido en hogares bastante tradicionales, rígidos, chapados a la antigua, estrictos y sumidos en una atmósfera de opresión. Al formar a su vez otra familia, solían reaccionar contra ese ambiente, trataban de ser liberales y en algunas cosas se volvían demasiado permisivos. «Yo soy amigo de mis hijos», «En esta casa no hay puertas cerradas» y «En esta familia no hay secretos» son frases que he oído varias veces en ese contexto. Así es el padre de familia de esta particular novela, sin embargo, por debajo de sus buenas intenciones sigue siendo un personaje controlador y obsesivo. En la novela, al ir apareciendo todos los personajes, veremos algunas de las consecuencias que ese ambiente familiar plagado de reglas ha originado en la personalidad de los cuatro hijos. La opresión genera complicidades, códigos secretos, disimulo y mentira, en una sucesión de peripecias consecuencia de la situación en la que viven los chavales.

La autora demuestra tener una habilidad especial para diseccionar y penetrar en el alma humana, sus resortes, sus flaquezas y estrategias de supervivencia, en un auténtico ejercicio de prospectiva y exploración psicológica. El estilo es espléndido, tan bueno que no se nota, se hace transparente y el lector está pendiente de la historia, hasta tal punto que la forma y el lenguaje en el que está escrita pasan inadvertidos, que es lo mejor que se puede decir de una forma de escribir. A ello ayuda que Mesa nunca hace juicios de valor en absoluto, lo que hace que la narración sea muy objetiva y convincente. Otra cualidad de esta autora es que sabe siempre ser amena. No es que sus novelas sean divertidas, que en general no lo son, sino que sabe cómo hacer interesante lo que cuenta, manteniendo una continua progresión dramática hasta un final que no culmina en un clímax impactante, sino en la finalización del cuadro completo que quiere contarnos. Por otro lado, su escritura tiene algo de tangencial, es concreta y divergente al mismo tiempo, no se dirige a decir frontal y directamente lo que quiere, sino que va ofreciendo detalles marginales al lector para que vaya sacando conclusiones.

En fin, una novela que me parece extraordinaria, muy interesante, que admite varias visiones y supongo que muchas interpretaciones. La mía es que es el retrato de un padre de familia con conflictos importantes de personalidad y la crónica de cómo sus hijos se ven afectados por ellos. Una gran novela, escueta y compleja, con estructura y multitud de significados. Una obra más que recomendable, una autora a la que vale la pena seguir y leer todo lo que publica.

Publicado por Antonio F. Rodríguez.