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13 nov
2015

La propiedad del trabajo, del capital y del conocimiento

Enviado por empresa . Etiquetas: trabajo, sociedad, empresa, economía

Andamos estos días dándole vueltas a la propiedad en el Máster de Economía Social y Empresa Cooperativa de Mondragon Unibertsitatea. Sí, ese en el que estoy como alumno y donde ando sufriendo los rigores de un torrente de actividades que me tiene, la verdad, un poco mareado. Si supierais cómo arde mi cerebro todos estos días a primera hora de la mañana, leyendo, contestando en foros, ordenando ideas… En fin, lo hacemos porque queremos :-)

Entre tanto contenido al que le ando dando vueltas, hay uno que me ha interesado sobre manera. Tiene que ver con la propiedad, algo nuclear del modelo cooperativo: el sentimiento de “apropiarse” de unos determinados recursos pero también el de sentir muy dentro un proyecto se vincula, de una u otra forma, con la posesión. Eso quiere decir que “poseer en propiedad” se entiende como un gran medio para desarrollar una conexión profunda con lo que hacemos. Al “apropiarnos” nos “comprometemos”.

Pero la propiedad manifiesta ser un concepto con muchas aristas. A partir de un cuento que nos han propuesto y en el que se juega con la idea de propiedad, uso y venta, emerge algo muy evidente: cada cual en su contexto interpreta la propiedad de maneras muy particulares. Cabe entenderla como una realidad que se construye socialmente y que por tanto admite múltiples significados. Para complicar más la escena, la emergencia de la economía colaborativa podría estar evidenciando un choque de trenes: la cultura del poseer frente a la cultura del usar (o del “disfrutar”, que también así se expresa en castellano).

Si hablamos de trabajo -las cooperativas fijan aquí uno de sus ejes centrales- el sentido de propiedad adquiere una nueva dimensión. Se puede poseer capital pero se puede también poseer trabajo y, más allá, conocimiento. Hoy hablamos de la economía del conocimiento. Y nadie más que la persona es la que “posee” conocimiento si bien se trata de una posesión que no se rige por el principio de la escasez de los bienes físicos. Si “damos” una idea no nos quedamos sin ella, algo que no ocurre con los elementos materiales. Capital, trabajo y conocimiento pueden conducir a ideas diferentes de la posesión.

Sin embargo, cuando hablamos de poseer capital tampoco cabe rendirse ante la idea maniquea de hacer predominar exclusivamente una visión negativa. Porque, como comenta Fred Freundlich, el profesor con el que andamos en esta materia (el subrayado es mío), pudiera ser que el capital proceda de un esfuerzo muy digno de considerar:

El origen del capital –cómo se crea– y decisiones sobre los derechos que debería tener no son cuestiones sencillas. La tenencia de capital por parte de una persona puede ser el resultado de herencia, explotación o suerte, o puede ser el resultado de trabajo, sacrificio y ahorro. O una mezcla de estos. Es complicado asignarle al capital legítimos derechos de forma general y abstracta, eso es, sin saber de donde procede. Incluso entonces, es complicado. Sin embargo, en resumen, en muchas situaciones casi todo el mundo cree que la aportación de capital también merece derechos de propiedad.

Un asunto realmente complejo. ¿Cómo balancear el tradicional arraigo de la propiedad como elemento generador de compromiso con los beneficios de una cultura que tienda más al uso compartido y no tanto sobre esa base de “apropiarse”? Y además, ¿qué papel asignar a la propiedad de capital frente a la propiedad del trabajo en una empresa y cómo concebirla en torno al conocimiento?

Para complicarlo todo un poco más, la idea de “asalariado” -tú tienes el capital y me alquilas horas de trabajo- está saltando por los aires con la crisis. Las empresas se ahuecan y la sociedad (con un papel muy relevante de quienes detentan el poder) lanza el mensaje de que te crees tu puesto de trabajo. Algo así como “no te lo van a dar”… así que mejor que te lo construyas. Sí, a emprender por obligación. Mal asunto.

Soy consciente de que en un post cuesta explicarse por la complejidad del tema. A ver si tenemos oportunidad de escribir alguna cosa más. La cuestión, desde luego, lo merece.

 

Escrito por julen en blog "Consultoría Artesana en red" , bajo licencia Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 3.0 España (CC BY-SA 3.0 ES)



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