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Pese a que en los últimos años no ha dejado de ser un tema en el candelero, las incógnitas sobre los coches autónomos abundan. No se sabe cuándo van a llegar. Aunque se ha hablado mucho de ello. Las marcas han aventurado varias fechas clave. Desde el propio 2020 al 2025, incluso con el 2030 como último escalón. No hay acuerdo sobre el cuándo los veremos en las carreteras. Pero menos aún se sabe sobre en qué forma aparecerán. Para avivar este otro debate Tesla ha planteado una conducción autónoma por suscripción.

Probablemente la introducción de este nuevo tipo de vehículo no será tan sencilla como creemos. Al pensar en un coche autónomo tendemos a imaginar en un vehículo privado. Pensamos en la trasposición de nuestros automóviles de ahora a modelos autónomos.

Lo cierto es que el modelo de consumo y de propiedad tiene visos de cambiar. No será necesario que haya tantos coches, pues se podrán compartir más fácilmente. En un escenario de nivel 5, el máximo de conducción autónoma, los vehículos podrán llevar a una persona y después ir en busca de otra por sí solos.

Los coches en el hogar se reducirán, por tanto. Pero es muy posible que también se comparta vehículo entre personas ajenas, como se hace con el transporte público. Una flota de robotaxis podría dar cobertura a un determinado área, sin que nadie tuviera un coche en propiedad. Aquí es cuando podría entrar un modelo de suscripción como fórmula de ingresos. En lugar de pagar por cada trayecto se podría pagar por un acceso mensual, tal y como ocurre con un abono de transporte público.

Parece un movimiento lógico. Sin embargo, Tesla ha ido un poco más allá. Ha planteado también una conducción autónoma por suscripción. Pero lo suyo tiene que ver con las propias funciones del vehículo. Es decir, el fabricante los vende con todo el hardware necesario para realizar la tarea por sí solo. Pero no activará las funcionalidades mediante software hasta que los algoritmos no estén preparados.

Esto quiere decir que también los puede activar únicamente si el propietario del vehículo paga una suscripción, cuando el modo autónomo esté disponible. Y es que el fabricante californiano tiene esta ventaja al proporcionar mediante software las actualizaciones para sus vehículos.

El sentido de una suscripción para los coches autónomos

Desde finales de 2016, los modelos de Tesla tienen funciones autónomas incorporadas. Es decir, cuentan con el hardware necesario, como las cámaras y los sensores, así como acceso a sistemas de visión artificial. Un poco más tarde el fabricante creó sus propios chips de inteligencia artificial para su modo autónomo.

No cabe duda de que Tesla prepara desde hace tiempo su modo de autopiloto. De ahí que se permita buscar nuevos modelos de negocio. Hasta ahora lo que hace es ofrecer el paquete de tecnología como un extra, con vistas a poder usarlo en el futuro. Pero la compañía quiere implementarlo en todos los vehículos y que después el usuario elija. Si quiere podrá acceder a la conducción autónoma por suscripción. Podría ser a cambio de una mensualidad, por ejemplo. Aunque nada de esto queda claro aún.

Pero la conveniencia de tener coches autónomos por suscripción es incuestionable. Al fin y al cabo se trata de un valor añadido enorme para el vehículo, al igual que lo es tener tu coche conectado para hacerlo más seguro e inteligente,c omo con Movistar Car. Además, tiene sentido también que se pague una tarifa periódica debido a que este modo automático requerirá un mantenimiento y una actualización constante por parte de la compañía.

Imágenes: Tesla