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Penique de Maine

El primero de los objetos nos devuelve irremediablemente a uno de nuestros anteriores reportajes en donde hablábamos de la primera colonia de europeos afincados en tierras estadounidenses. Se trata de una moneda acuñada en el periodo del rey vikingo Olaf III de Noruega (1050-1093) encontrado en las ruinas algonquinas en Estados Unidos.

Su hallazgo y origen resultan inexplicables ya que las fuentes oficiales sitúan la primera llegada de europeos con el desembarco de Colón en América a finales del siglo XV. Si la moneda en cuestión es auténtica (algo que parece haberse demostrado en innumerables ocasiones), sería la prueba definitiva de que los vikingos conquistaron las costas americanas mucho antes de que lo hiciera Cristobal Colón. De ser falsa estaríamos hablando de un auténtico Oopart: un objeto hallado en un lugar inverosimil.

Calavera de cuarzo de Yucatán

En el año 1924, Anna Le Guillon Mitchell-Hedges de 17 años de edad, con su padre adoptivo, el explorador inglés Frederick Albert Mitchell-Hedges, descubrieron una calavera de cristal de roca en las ruinas de un templo de la ciudad maya “de las piedras caídas” en Lubaantún, Belice. Uno de los rasgos más interesantes de este objeto es que es una reproducción casi perfecta de una calavera de mujer.

Pesa cinco kilos y la forman dos partes: la mandíbula inferior que se acopla perfectamente con la parte superior que forma el resto de la estructura craneal que ha llegado hasta nuestros días. Por otro lado una de las características que hacen más interesante este objeto son sus efectos ópticos: Alumbrada por debajo, la luz sale por las cuencas y alcanzada por detrás por los rayos del sol, un intenso haz luminoso ( capaz de encender fuego ) sale por las cuencas, la nariz y la boca.

No tiene en su forma ninguna señal de fabricación y resulta imposible fecharla ya que el cristal no envejece. Con una tecnología moderna con diamante haría falta un año de trabajo para conseguir el aspecto exterior y no podrían evitarse los signos de fabricación que no existen en este caso. En cuanto a los efectos prismáticos, su reproducción resulta aún más dificultosa.La fabricación manual hubiera necesitado 300 años de una labor continua. Esto hace que el objeto en cuestión no sólo no corresponda con el lugar en el que fue encontrado sino que resulta un misterio incluso saber cómo lograron hacerla.

Las esferas de Costa Rica

Ocurre que ha menudo la frontera entre qué es lo que ha creado el hombre y qué la naturaleza se disipa hasta límites insospechados. Un caso concreto de este hecho que comentamos son las esferas de roca de Costa Rica. Alrededor de 200 bloques perfectamente esféricos de roca que rondan entre los 0,7 y los 2.57 metros de diametro en las piezas encontrados hasta la fecha. Para muchos investigadores estas misteriosas rocas, cuyo origen sigue siendo desconocido, son la prueba irrefutable de que un día existió la Atlántida en las costas de estas tierras.

Al parecer las rocas eran usadas por los marinos como carta de navegación y eran esenciales para el mantenimiento del comercio de la antigua metrópolis. Gracias a ellas los marineros podían orientarse y conocer las diversas rutas marítimas que los llevasen hasta su destino.

Otras teorías menos fantasiosas señalan a las esferas de Costa Rica son mucho más reservadas y realistas y señalan directamente a los indígenas del lugar como los principales responsables de la creación de dichas piezas.

Al observar los trabajos de erosión que la naturaleza genera de forma natural en la roca, los nativos quisieron imitar el resultado mejorando sus técnicas de pulido hasta lograr el efecto del que podemos disfrutar aún a día de hoy y que constituye uno de los principales atractivos naturales y un importante patrimonio de la humanidad según La Unesco.

martillo de Kingoodie

El martillo de Kingoodie, Escocia, según una serie de estudios realizados al propio objeto, data de hace 460 a 360 millones de años. Sir David Brewster encontró el martillo incrustado en un bloque de piedra del Cretáceo, en la era Mesozoica. Si esta fecha fuese correcta, la situaría cientos de millones de años antes de la aparición del Hombre en la Tierra.

Es quizás uno de los objetos que más escepticismo levantan entre los detractores debido principalmente a que a día de hoy resulta imposible saber de qué parte de la cantera proviene y además se calcula que fue manipulado entre cuatro y cinco veces desde su descubrimiento en la cantera hasta que le fue realizado un análisis científico serio. A día de hoy todas las teorías generadas al respecto del objeto han sido desacreditas y descartadas. Su origen sigue siendo un misterio.