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Una iniciativa de una compañía suiza, Sun-Ways, está instalando paneles solares de medida estándar entre los raíles de los ferrocarriles del país, con un procedimiento además automatizado que permite que un tren especialmente diseñado para la operación nocturna (cuando suele haber pocos trenes en funcionamiento) «desenrolle» los paneles sobre la vía o los retire cuando sea necesario para operaciones de mantenimiento de los propios paneles o de la vía. Con el prototipo de tren actual, modificado a partir de vagones estándar, son capaces de desplegar 250 metros a la hora, pero con el diseño que tienen preparado, esa cifra llegaría al kilómetro de vía por hora.

La instalación convierte las vías en un camino negro brillante, que supone el equivalente de una enorme granja solar, pero desplegada en una superficie hasta el momento desaprovechada y con una disposición «unidimensional», con los paneles en hilera. El cálculo es que si se cubren los algo más de cinco mil kilómetros que tiene el país – España tiene dieciséis mil – se generaría en torno al gigawatio de energía anual, suficiente para proporcionar electricidad a 750,000 hogares.

La compañía tiene competidores en el Reino Unido, Bankset Energy; y en Italia, Greenrail, pero es la única que utiliza paneles de dimensiones estándar para sus operaciones: en los otros dos casos, los paneles son mucho más pequeños y hechos a medida para ubicarse sobre las traviesas de las vías. La compañía suiza ha comenzado ya un proyecto piloto cerca de la ciudad suiza de Neuch"tel, mientras la italiana tiene otro en la linea que va desde Reggio Emilia a Sassuolo.

La idea de utilizar este tipo de instalaciones, como la de utilizar los paneles para cubrir canales, sobre aparcamientos o incluso flotando sobre superficies de agua, está relacionada con la absurda resistencia que algunas personas parecen mostrar ante el impacto de las granjas solares en el paisaje, a pesar de que son infinitamente menos agresivas que una central eléctrica térmica, nuclear o de cualquier otro tipo, y que pueden perfectamente integrarse con otros usos del territorio como la agricultura de numerosas variedades vegetales mediante prácticas como las llamadas agrivoltaics. Pero si consideramos que las vías de tren se extienden por muchísimos sitios, que son un medio de comunicación con una demanda en alza y que el espacio que utilizan puede aprovecharse sin introducir demasiados problemas adicionales, parece en cualquier caso una buena posibilidad.

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