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La meta de lograr una economía sin emisiones es a largo plazo. Pero ya hay pequeños pasos que se pueden dar. En Reino Unido han optado por esta aproximación. El compromiso del país se ha manifestado en un anuncio de National Grid, la compañía que opera la transmisión de electricidad en suelo británico. Para el año 2025 prevén hacer funcionar la red eléctrica sin emitir CO2 durante breves periodos.

Es un comienzo. Sobre todo porque la red eléctrica de Reino Unido ha sido tradicionalmente muy dependiente de los combustibles fósiles. Solo en los últimos años se han empezado a financiar proyectos de envergadura en energías renovables.

El país, que abandonó progresivamente su industria pesada del carbón en los años 80, ahora prevé relegar también el gas natural. Este combustible se había constituido en una de las principales fuentes energéticas después de que se cerraran muchas minas de carbón. Ahora queda un remanente de este combustible. Sin embargo, en los últimos tiempos Reino Unido ha tenido cada vez periodos más largos en los que la red no ha necesitado del mineral para abastecer al país.

Quizá por eso National Grid ha pensado que es un buen momento para avanzar en esta sostenibilidad. El año 2025 será un comienzo. La operación de la red eléctrica sin emitir CO2 estará restringida a lapsos muy cortos. Ni siquiera serán días en un principio. Más bien se tratará de unas pocas horas en las que el gas natural no participará en la generación. Por supuesto, tampoco lo hará el carbón.

Una red eléctrica más limpia

El Reino Unido tiene buenos mimbres para hacer esta transición energética. Pero la operación de la red eléctrica sin emitir CO2 en 2025 solo será una etapa intermedia hacia el auténtico objetivo. En 2050 el país se ha comprometido a tener una economía neutra en carbono.

Para ello cuenta con la potencia de su generación eléctrica, particularmente fuerte en Escocia. Y también su capacidad de innovación en el sector energético. Aunque hay que tener en cuenta que la red eléctrica tendrá más presión en el futuro. Los coches eléctricos consumirán una gran cantidad de energía que ahora se genera quemando gasolina o diésel.