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Parece que Jack Dorsey puede volver a dormir por las noches. El CEO de Twitter ya lo hacía a medias, por su gran labor en Square, la otra compañía que dirige. La red social siempre le ha dado muchos dolores de cabeza, por su funcionamiento interno, por el comportamiento de sus usuarios en cuestiones como el abuso y por sus problemas de monetización. Sin embargo, por segundo trimestre consecutivo, Twitter es rentable y contenta a sus accionistas.

Este trimestre, el primero fiscal del año 2018, ha ingresado un 21% más que el mismo período del año anterior, 665 millones de dólares, superando en 60 millones las cifras de los analistas, y un 10,4% las cifras de mismo período del curso fiscal anterior. El 86% de esos ingresos procede se sus negocios publicitarios, que alcanzan los 575 millones de dólares. Es la gran clave de haber superado la expectativa de Wall Street, que esperaba 523,1.

Esta crecimiento y las medidas tomadas por el consejo de administración de Twitter en fuerza laboral y en reducción de gastos han permitido alcanzar 61 millones de beneficios. Es una buena cifra, pero alejada de lo que los inversores esperan para el futuro de la compañía. Además, no han conseguido alcanzar los 91 millones del cuarto trimestre del curso anterior, el primero con beneficios.

El otro gran aspecto que atormentaba a Twitter era su crecimiento en número de usuarios. No es que creciera poco, es que durante un tiempo perdió usuarios o se estancó. Ahora ha sumado un 10% más, 6 millones de usuarios, 1 en su país y 5 en todo el mundo. En total alcanza los 336 millones de euros, frente a los 330 del cuarto trimestre y a 326 de mitad de año en 2017. Detrás de esto parece estar el crecimiento que la red social está experimentando en su oferta de contenidos multimedia. Twitter quiere ser la próxima televisión, y gracias a sus acuerdos parece que pueden conseguirlo.

Otro bien dato en ese sentido es el crecimiento de los usuarios activos al día, cuyas cifras crecen un 10%. Si quieren monetizar mejor, Twitter no puede ser una herramienta que sólo valga para consultar cuando Donald Trump opine o haya una desgracia natural o terrorista. La idea es que los usuarios usen la red social cada día para contar y estar informados. El escándalo de Facebook y Cambridge Analytica también ayudará próximamente, a buen seguro.