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Llevar la actividad online que se realiza a una app es el paso más natural en esta era digital. El auge del desarrollo de las aplicaciones móviles viene por el mayor uso que se hace de los smartphones, siendo utilizado para todo tipo de acciones: navegar por Internet, mandar mensajes, ver el correo, publicar en redes sociales, jugar a juegos? Por eso, contar con una app propia es un canal de comunicación indispensable que no se puede pasar por alto.

Ventajas de apostar por el desarrollo de aplicaciones móviles

Llegar a más clientes potenciales: según los datos de estudios realizados por Kantar TNS y Google, en más del 80% de la población española usa el smartphone y esto ha supuesto un cambio en los hábitos de consumo. Quiere decir que hay más personas navegando por la red a través de móviles que por ordenadores. Tener una aplicación móvil propia permitiría estar en el dispositivo de miles de personas, causando más impacto y por tanto, más futuras conversiones.

Tener un buen posicionamiento ASO: al igual que una página web se posiciona con técnicas SEO, las aplicaciones cuentan con el posicionamiento ASO en las tiendas online de descargas. Mejorar su visibilidad impacta directamente en la cantidad de visitas y descargas que tiene y contar con una app que además, esté bien posicionada, ofrece un punto a favor respecto a la competencia.

Diferenciarse frente a la competencia: aún con todos los datos mencionados sobre el uso del smartphone, hay muchas empresas que no confían en su eficacia y son reticentes a generar una inversión en el desarrollo de apps móviles. Por lo tanto, tener una app propia genera un fuerte impulso y de cara al consumidor, se destaca más. Aporta un aumento exponencial de la visibilidad del negocio.

Ofrecer una herramienta útil al usuario: en un ecommerce, por ejemplo, siempre le será más cómodo al posible cliente navegar por una interfaz de app, sencilla, táctil y rápida, que una página web vista en el navegador de un móvil. Ante la posibilidad de realizar una compra a través del smartphone, un usuario será más reacio a empezar un proceso por la página web que por la app. Porque sabe que en la app, tendrá lo que necesita en varios clics, con la cuenta ya iniciada y sin repetición de datos. Mientras que en el navegador, tendrá que rellenar todos los campos habituales. Incluso se puede topar con una web no adaptada a formato móvil y perder directamente la visita y la venta.

Aumentar las conversiones y fidelizar a los clientes: claramente, invertir en una app propia para móviles supone querer tener un retorno de la inversión, sea generando ventas o captar usuarios. Del 2015 al 2016, el gasto producido por compras a través de apps aumentó un 40%. Esto supuso un gran retorno de la inversión para las empresas y además, ganancias. Si la experiencia de usuario es buena, la posibilidad de fidelizar al cliente y conseguir generar ventas recurrentes aumenta exponencialmente.

Innovación y posicionamiento como un referente: esta última ventaja tal vez sea más aspiracional, pero la realidad es que cada vez más cuesta enganchar a los usuarios o sorprenderlos. Apostar por una app móvil propia, con un carácter único, que ponga en valor la actividad de la empresa, hará mejorar también la imagen del negocio, posicionándose como un referente en los canales tecnológicos más usados y con más proyección de futuro.

Si la media de apps instaladas en el móvil de un usuario medio es de 17,8, ¿por qué no probar a ser una de ellas?