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Durante muchos años, las grandes novedades en el mercado de la telefonía llegaron de la mano de gigantes como Apple, Samsung y anteriormente Nokia. Si como usuario querías lo último en la palma de tu mano, tenías que adquirir un terminal de esas marcas, pero hace no demasiado, la cosa empezó a cambiar. Xiaomi se convirtió en la primera compañía (con el permiso de Sharp) en abanderar el adiós a los marcos, tendencia que Samsung continuó con el Galaxy S8 y Apple con el iPhone X.

Tras el notch, la evolución de la idea no podía frenarse, y vuelve a ser una marca china, Vivo, del grupo BBK, la primera en mostrar, a su manera, por dónde va el smartphone de los próximos años. Y sí, el Vivo Nex es como esperábamos, un rectángulo con esquinas redondeadas, con una única barbilla inferior. Frente a ello, todos sus competidores presentan una muesca para integrar altavoces y cámara. Algunos como el Huawei P20 también emplean la parte inferior para integrar un lector de huellas.

¿Cómo lo ha hecho Vivo para ocultar todo eso? Empezando por el final, lo fácil era ubicar el lector de huellas en la parte trasera, como han hecho muchos otros, pero no. Vivo lleva meses presumiendo de poder ubicar el lector de huellas bajo la pantalla, y eso han hecho. Sin embargo, era algo esperado. Por ello, lo más sorprendente ha sido cómo han escondido la cámara delantera, en el canto superior bajo una especie de periscopio que sale hacia arriba sólo para hacer selfies. Ingenioso y eficaz, aunque habrá que comprobar qué tal le sienta el paso del tiempo a una pieza mecánica. En el mundo móvil, esos dos conceptos nunca han sido demasiado amigos.

Para muchos puede ser visto como una aberración de diseño y funcionalidad, pero para los que usamos poco la cámara frontal, parece un escenario donde se gana en casi todos los casos, teniendo en cuenta, además, que el grosor del terminal queda por debajo de los 8 milímetros.

Por lo demás, los dos modelos que existen del Vivo NEX tienen el privilegio de sumar un hecho “inaudito”: normalidad. Sí, se trata de un smartphone corriente dentro de lo que es la gama alta de hoy: Snapdragon 845 o 710 dependiendo de la versión, pantalla 19,3:9, 4000 mAh de autonomía, y 6 u 8 GB de RAM. Siempre que se da este tipo de avance, se dejan muchas cosas por el camino, pero parece que en Vivo han sido conscientes de que no solo importa llegar antes, sino llegar bien.