Microsoft adquiere GitHub: de odiar el código abierto, a comprometerse con su desarrollo
Escrito por Blogs   
04.06.2018
Escrito por: Enrique Dans.

GitHub OctocatEl pasado viernes 1 de mayo, Business Insider reveló detalles de una serie de conversaciones entre Microsoft y GitHub, el mayor repositorio de código abierto del mundo, anticipando que podrían culminar en la adquisición de la compañía, que lleva bastantes meses en una prolongada búsqueda de un CEO que la ha dejado sin una dirección estratégica clara. Ayer domingo 3, Bloomberg confirmó que las conversaciones habían fructificado y que el acuerdo de adquisición se anunciaría, previsiblemente, hoy lunes.

GitHub es un repositorio de proyectos de código abierto que permite, mediante herramientas como páginas de proyecto, control de versiones, seguimiento de bugs, y de colaboración en forma de red social como wikis, que los desarrolladores colaboren en aquellos proyectos que les resulten interesantes o expongan los suyos buscando colaboradores, y puedan visibilizar estos proyectos ante la comunidad. Concentra a unos veintisiete millones de desarrolladores y unos ochenta millones de proyectos, que lo consideran un elemento esencial en su forma de trabajar y de visibilizar sus proyectos. En 2015, el sitio fue valorado en unos dos mil millones de dólares tras levantar $250 millones en una ronda liderada por Sequoia Capital, pero se desconoce aún en cuanto se ha podido cerrar la adquisición de Microsoft.

El interés de Microsoft por hacerse con GitHub revela hasta qué punto la compañía se ha transformado en su relación con el software de código abierto: desde aquel Steve Ballmer desatado que en 2001 calificaba a las licencias utilizadas en el software libre como “un cáncer”, hemos pasado a un escenario entonces imaginable por muy pocos en el que Microsoft se ha convertido en la organización que más código contribuye a GitHub, por encima de sospechosos habituales como Google, Facebook, Apache u otros. La compañía ha publicado en GitHub una amplísima variedad de herramientas, utiliza activamente el sistema de control de versiones del sitio para trabajar sus propios desarrollos en Windows y otros productos, y una de sus herramientas, Visual Studio Code, que permite a los desarrolladores trabajar en aplicaciones web y en la nube, convertida en abierta y publicada en el repositorio, ha adquirido una gran popularidad dentro de la comunidad. 

La adquisición, por otro lado, podría tener relación con otra propiedad de Microsoft adquirida en 2016: LinkedIn. La combinación de ambos servicios podría servir para revolucionar la manera en que se llevan a cabo los procesos de selección de desarrolladores por parte de las compañías, les permitiría hacer visibles sus contribuciones al repositorio dentro de la red social profesional, e incluso aplicar, como ya hacen compañías como Source{d},  algoritmos de machine learning para asegurar un buen encaje entre las características de un desarrollador y las demandadas por las compañías para un perfil determinado. Otros observadores, más críticos, afirman que una combinación así podría llevar a poner un foco excesivo en el uso del repositorio y del software de código abierto como un expositor o escaparate de las habilidades de un desarrollador, lo que podría reducir el interés en los desarrollos que no se hacen con esa finalidad más utilitarista.

En tan solo quince años, pero sobre todo tras la llegada de Satya Nadella, la compañía ha pasado de ser el objeto habitual de los odios y obsesiones de toda la comunidad de software libre, a ser un contribuyente activo de código, herramientas y recursos, y a utilizarlo internamente y en sus productos de una manera cada vez más generalizada, un auténtico cambio cultural a todos los niveles. Con la adquisición de GitHub, Microsoft asegura la viabilidad del servicio y adquiere un papel de liderazgo en su gestión, con todo lo que ello conlleva de cara a la percepción de la compañía. A finales de 2017, el entonces CEO de GitHub, Chris Wanstrath, afirmó que su compañía estaba totalmente comprometida con una gestión independiente e incluso barajó la posibilidad de salir a bolsa para obtener los recursos que podrían convertirla en sostenible. Posteriormente, sin embargo, anunció su intención de abandonar la compañía, que desde entonces ha estado en aparentemente eterna búsqueda de un sucesor y que, en ausencia de un criterio claro, parece haber optado por no complicarse la vida con una salida a bolsa como mínimo complicada, y terminar viendo una adquisición como una solución más que razonable. Si además, esa adquisición proviene de una compañía usuaria del repositorio, ampliamente significada y comprometida con el software de código abierto e interesada en garantizar el mantenimiento  del servicio, mejor que mejor, a pesar de que en este momento haya un cierto segmento de desarrolladores pidiendo que la operación no se lleve a cabo, escribiendo obituarios y anunciando que si es anunciada, se cambiarán a otros servicios similares. Y para Microsoft, la culminación de un cambio y de un mantra, “abierto mejor que cerrado” que, indudablemente, tiene cada vez más sentido. 



Artículo de Enrique Dans .

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