Además de tierra, agua, fuego y aire, la ciencia griega y la medieval ya consideraban la existencia de un quinto elemento en la naturaleza, un sutil y purísimo fluido del que estarían formados los cuerpos celestes, la quintaesencia. A día de hoy, la filosofía, la alquimia, la física, la cosmología y la poesía sigue inquiriendo la verdad de ese principio fundamental que comprende la naturaleza última de las cosas. Cuando hablamos de Los planetas, carece de sentido seguir indagando: su quintaesencia es la sustancia invisible que resulta de la precisa combinación de J y Florent, el lado...