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Si entre 2016 y 2018 la gran tendencia de la industria móvil ha sido la reducción de marcos a su mínima expresión, desde el Xiaomi Mi Mix hasta el Samsung Galaxy Note 9, con distintos enfoques como la muesca o los bordes superiores e inferiores, la tendencia que viene en 2019, y a la que llevamos años esperando, la de las redes 5G. Como cada nuevo lanzamiento de redes, parecía que nunca llegarían, pero Qualcomm ha dado un gran paso para su expansión a nivel global.

El Snapdragon 855, que es como se espera que se llame el nuevo chip de la compañía californiana con sede en San Diego, será el primero en ofrecer a los fabricantes soporte para redes 5G. Lo hará de forma opcional, pero contará gracias a su módem X50, presentado en 2016, con la posibilidad de dar soporte a nuevas redes. En sí, todo formará parte de un chip, fabricado en un nuevo proceso de fabricación de 7 nanómetros, que hará que el rendimiento y la eficiencia sean signficativamente más altos.

Las redes 4G y anteriores, por supuesto, seguirán estando perfectamente soportadas, pues aún estarán muchos más años entre nosotros. A diferencia de lo visto en otras generaciones de redes, parece que el desembarco de la quinta generación se producirá de forma más rápida, ante el buen hacer de fabricantes de chips, fabricantes de smartphones, operadores y fabricantes de equipamiento.

Qualcomm ya ha enviado chips de prueba a los fabricantes, y como cada año, lo normal es que los terminales con el nuevo chip, que se mostrará al público antes de final de año, lleguen durante el Mobile World Congress de Barcelona o en los meses que le siguen. Qualcomm también ha presentado recientemente las antenas para acompañar al módem X50, pero no es el único que ha dado pasos similares. Samsung tiene un módem comercial compatible con 5G, aunque de momento no han hablado de integración.

El espectro necesario para hacer uso de las redes 5G en España ya ha comenzado a subastarse, y el despliegue comenzará el año próximo, con 2020 como fecha de despliegue masivo. La buena noticia es que el estándar 5G ya ha sido congelado, circunstancia que hace que todo el progreso hecho hasta ahora por los distintos actores sea plenamente válido.