The marvels
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Siempre
he sido un fanático irredento de los cómics. Tanto DC como marvel han figurado
siempre en mis librerías. De hecho, aunque sigo fascinado con Batman, el
superhéroe más famoso del mundo y que pertenece a DC cómics, siempre preferí
marvel Cómics, porque Stan Lee y Jack Kirby (nunca lo suficientemente
reconocido) apostaron más por una humanización de los superhéroes y te hablaban
de figuras cercanas, por muchos poderes sobrehumanos que tuvieran: Spiderman
era un adolescente problemático que sufría Bullying; los Xmen eran mutantes que
a pesar de sus superpoderes y luchar por la humanidad, eran rechazados por olas
de racismo; Iron Man era un niño rico con problemas de alcoholismo y Hulk no
era sino un tímido científico al que no podía ver su suegro, el general Thadeus
Ross –y mucho menos cuando se convertía en el gigante verde musculoso-.
El
caso es que cuando Disney compró marvel me eché las manos a la cabeza, por
cuanto iba a suponer un descalabre en la compañía, que seguramente iba a
despersonalizarla y convertirla en lo más banal e infantil del mundo –como Disney
ya ha hecho con Pixar, con Lucasfilms, destrozando buena parte del legado de la
historia del cine-. Bueno, pues todas mis terribles sospechas se han confirmado
definitivamente con esta “marvels”, desaprovechando todas las posibilidades
argumentales que ofrecía el personaje de Miss marvel –Carol Danvers- y que se
podían entrever en la anterior película en solitario de la todopoderosa heroína
que salvó a la humanidad de la amenaza de Thanos.
En
esta ocasión, se dividen los poderes galácticos en tres personajes, además de
la Danvers original. Parece que la tendencia woke que Disney sigue imprimiendo
a sus producciones se ha trasladado a este trío de personajes, que aunque ya
estaban presentes en el cómic original de toda la trama de Miss marvel, no deja
de resultarme chocante por cuanto Miss marvel fue la quintaesencia de la superheroína
de marvel –como lo es Wonder Woman en DC-, con todas las características
clásicas de rubia americana, y ahora se escinde para que las comunidades
afroamericanas e hindúes también estén contentas con los personajes. Esa inclusión
racial, a mí personalmente me resulta algo forzada, la verdad. El colmo de la
banalización Disney es cuando llegan a un planeta en el que la gente se
comunica… cantando!!!! Vamos, que llegan al planeta y es como su las películas
Disney clásicas de dibujos animados de princesas y animalitos cantarines se
hicieran realidad y todo el mundo en vez de hablar y moverse, canta y baila,
pero con personajes reales. Un delirio auténtico.
En
cuanto al desarrollo de la trama, a pesar de estar presentes las razas Kree y
Skrulls, aparecen personajes secundarios que en el cómic original no tienen
presencia o importancia alguna, pero que por interés en la producción ahora
resultan de capital importancia. También recuperan personajes como Nick Furia y
toda la organización Shield, que protege al planeta tierra de amenazas
extraterrestres y demás. Pero el problema es que no alcanzan un tono concreto,
sino que saltan de uno a otro sin tener demasiada coherencia, añadiendo además
chistes fáciles y bromas que no encajan demasiado en la trama.
La
mala respuesta comercial (y por supuesto, de crítica) ha sido un indicativo que
se ha llegado a un nivel en que ya no se puede aprovechar más este filón
comercial, y mucho tendrán que cambiar las cosas para hacer rentables nuevamente
las adaptaciones marvel/Disney a la gran pantalla sin que supongan más que un
enorme anuncio de merchandising.
TRAILER