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Estamos registrados en muchas páginas web. Seguramente después de la avalancha de emails informándonos de los cambios de las políticas de datos tras la implantación oficial de RGPD, hayamos sido conscientes de que estamos dados de alta en muchas más de las que pensábamos o recordábamos.

El gran problema de todo esto es la contraseña. ¿Sabemos elegirla? La respuesta parece ser un no bastante rotundo, según un estudio realizado por un equipo del Departamento de Ciencias de la Computación de Virigina Tech en Estados Unidos que ha analizado los errores más frecuentes de los usuarios a la hora de crear y usar una contraseña y señala como el principal repetirla en todos los perfiles.

Así pues, primer consejo clave: no usar la misma contraseña para todo. Quizás pensamos que no es para tanto la información que damos al registrarnos en una web, pero debemos tener en cuenta que la información que se puede obtener de nuestras cuentas va mucho más allá de la que nosotros regalamos al hacer el registro. Nuestro comportamiento en Internet, las páginas que vemos, las búsquedas que hacemos, las cookies que aceptamos e incluso las aficiones que compartimos en las redes sociales dan mucha información sobre nosotros a los gestores de las webs.

Aquí se nos plantea el segundo interrogante: ¿cómo creamos una contraseña segura?

abrender de los errores es fundamental en este punto. Para ello, conociendo los datos del mencionado estudio podemos sacar unas pautas básicas de lo que NO hay que hacer:

? Asociar las contraseñas a nuestros datos personales: nombre, edad, fecha de nacimiento, nombre del colegio o universidad, etc.

? Relacionarlas con nuestro gustos: grupo de música, equipo de fútbol, cantante preferido.

? Evitar patrones fáciles de detectar como números en orden consecutivo, letras en orden alfabético. patrones de teclado como qwerty (las primeras letras de los teclados de los ordenadores) o alternando letras del teclado en función de su posición, como 1q2w3e4r o zaq12wsx.

Una vez que tenemos claros los errores a evitar, recordemos los consejos para crear una contraseña segura y que ponga en problemas a los hackers:

? Que tenga mínimo 10 caracteres

? Alternar los números y las letras, así como las mayúsculas.

? Incluir símbolos como signos de admiración, de interrogación, puntos, guiones, etc.

? Una muy curiosa: crear un patrón mediante una frase que nos guste o nos represente y elegir determinadas letras combinando las mayúsculas y minúsculas e incluir algún símbolo.

Casi lo tenemos. Retomamos el inicio del post para volver al tema de la infinidad de páginas en las que estamos registrados y surge una nueva pregunta: ¿cómo recordamos todas esas brillantes nuevas contraseñas que hemos creado?

Gestores de contraseñas, aplicaciones para elegirlas y recordarlas

La opción de escribirlas sigue siendo factible, pero hemos de guardar bien esa información. Cajones que solo abramos nosotros o lugares recónditos. Sin embargo, hay una solución más digital a este proceso: los gestores de contraseñas. Son aplicaciones que nos ayudan a elegir las contraseñas y a recordarlas. Además, las almacena de forma cifrada y solo nos da detalles sobre ellas cuando es necesario.

Hay varias opciones de aplicaciones, las que se instalan en nuestros sistemas y almacena los datos de manera local, las que se basan en la web como extensiones de nuestros navegadores y almacenan la información en la nube. Algunos nombres de las más recomendadas son Lastpass, Dashlane y KeePass. También están los gestores basados en hardware que se utilizan para almacenar datos biométricos, que ya se están incluyendo cada vez más en nuestro día a día.

Ya no hay excusas para que nuestros perfiles estén bien protegidos gracias a unas contraseñas más difíciles de hackear.