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Se acabó el verano y con gran pesar dejaremos de ver en las pescaderías uno de mis pescados favoritos, en septiembre se acaba la Costera del bonito.

Piezas enteras, ruedas, contrapeso…. la carne del bonito es muy sabrosa . Es rico en proteínas y vitaminas, aporta al organismo calcio y yodo y sus ácidos Omega 3 contribuyen a disminuir el colesterol. ¿ Qué más queremos ?. Y desde luego, el tener la espina muy localizada hace que sea un pescado apto para toda la familia, no escucharemos eso de “es que tiene muchas espinas …”

El bonito tiene muchas maneras de presentación:

. las ruedas : con tomate , encebolladas o a la plancha si no son muy gruesas.

. el contrapeso: con patatas, lo que en Cantabria llamamos marmita ,

. la ventresca: con un buen aceite de oliva y cebollita roja picada,

- Medio kilo de un buen trozo de bonito, limpio sin espinas ni piel.
- Un buen trozo de miga de pan ( si no tenéis podéis utilizar 5 rebanas de pan de molde sin bordes)
- Un chorro de leche
- Perejil fresco muy picadito
- 1 huevo para la carne y 2 para empanar
- Sal
- 3 dientes de ajo machacados en el mortero,”hechos puré”.
- Aceite de oliva
- Pan rallado
- 3 cucharadas de tomate frito.
- 1 cucharada colmada de harina
- Un vaso pequeño de vino blanco oloroso
- Agua

- En un bol ponemos la miga de pan con un chorro generoso de leche. Desechamos la que no absorba el pan.

- En ese mismo bol echamos el resto de los ingredientes. El bonito desmigado, sin espinas, el perejil, la sal, el huevo entero y los ajos muy machacados para luego no encontrar trocitos. Mezclamos muy bien todos los ingredientes, tapamos con film y dejamos reposar en el frigorífico una horas.

- Pasado el tiempo, hacemos las albóndigas. Redondeamos y pasamos primero por huevo y luego por pan rallado.

- Freímos en aceite de oliva caliente. No las tenemos mucho tiempo en el aceite , sólo hasta que se doren, porque realmente se harán más tarde, con la salsa.

- Sacamos y las dejamos sobre papel de cocina para que éste absorba el aceite que suelten.

- Mientras tanto hacemos la salsa, para ello...

- En la sartén de haber frito las albóndigas ponemos un poco del mismo aceite, colado y limpio. Esperamos a que se caliente y echamos la harina para que se tueste. Removemos para que la harina no se queme. Incorporamos el tomate frito para que le de color y mezclamos muy bien con una cuchara de palo. Se nos hará una papilla. Echamos un poco de agua y el vino blanco. Mezclamos. Añadimos la sal.
- Ahora movemos la salsa con unas varillas para deshacer los grumos. Vamos incorporando agua en función de lo espesa que nos guste la salsa. Hay que tener en cuenta que cuando enfría espesa un poco.
- Cuando tenemos la salsa ligada y espesa a nuestro gusto, la volcamos sobre la cazuela donde hemos puesto las albóndigas. Dejamos que se terminen de hacer unos 15 minutos a fuego muy bajo.