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En nuestra visita a Vitoria, y antes de ir a la Catedral de Vitoria, abierta por obras, nos dimos un merecido homenaje en uno de los restaurantes más conocidos de la ciudad y que se encuentra justo al lado de la catedral. Comer en Vitoria, el Portalón.

El Portalón, es un restaurante con mucha historia por detrás. Se fundó en el S. XV como casa de Postas, aunque a lo largo de su historia ha tenido diferentes usos. La casa es un bonito torre-edificio gótico, con una enorme puerta de entrada que se utilizaba para que los mercaderes metieran sus carruajes al sótano o a la cuadra, a las cuales se accedía mediante una rampa a la planta inferior donde también había habitaciones para el descanso de los mercaderes que hacían parada en Vitoria. Este gran portón es el que le da el nombre al restaurante Portalón.

Actualmente, la entrada al restaurante está situada en el Portalón, donde está el bar. Si no quieres comer en el restaurante, otra muy buena opción, es disfrutar de alguno de los pintxos que sirven en el bar. Los comedores del restaurante están en las plantas de arriba y conservan la estructura inicial del antiguo edificio de postas.

Si sabéis que iréis a comer al Portalón de Vitoria, os recomiendo que llaméis para reservar, porque normalmente está bastante lleno. Las mesas son muy amplias y muy cómodas y hay bastante espacio entre mesas, así que es casi imposible que se molesten unos comensales con otros. Hay varios menús para elegir, y también carta, por la que nos decantamos nosotros. Y esto es lo que comimos:

Para compartir pedimos las croquetitas "El Portalón" y el txangurro al horno al estilo tradicional. En algunos platos existe la opción de pedir medias raciones, así que pedimos media ración de croquetas, y menos mal, porque las raciones son más que abundantes. Las croquetas son variadas, de diferentes sabores: de jamón, de bacalao, de hongos, de chistorra y de txipirón. No sabría decir cual me gustó más. El txangurro también estaba buenísimo, con ganas de repetir.

De segundo, pedimos el cordero lechal asado que lo sirven con una ensalada de lechuga y cebolleta, para desengrasar un poco. Muy rico, sabroso y tierno. Lo sirven en un plato caliente, así que no se enfría el cordero mientras vas comiendo, porque el cordero frío no me gusta nada.

Y de postre, pedimos Goxua y el Ramonísimo. El goxua es un postre típico vasco, especialmente de la zona de Vitoria, que se suele servir en una cazuelita de barro que recuerda a la crema catalana pero que no tiene nada que ver. Es un postre de capas que generalmente son nata, bizcocho, crema pastelera y caramelo.

El Ramonísimo es una especialidad de El Portalón y tiene helado de vainilla, café en polvo, almendras y licor. Una combinación perfecta para terminar una comida deliciosa.

Si no sabéis donde comer en Vitoria os recomiendo el Portalón para que os deis un homenaje un día y probéis cualquiera de sus platos. Los nuestros estaban buenísimos, pero el resto que vimos pasar a otras mesas tenían todos una pinta fantástica.