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La literatura de ciencia ficción y las películas, exacerbada la imaginación por la carrera espacial que se mantuvo durante décadas entre la Unión Soviética y Estados Unidos, han contemplado en infinidad de ocasiones la colonización de la Luna y de otros planetas. Pero una cosa son estas historias y otra bien distinta proponerlo como opción viable.

La colonización de la Luna también ha sido fuente de especulación, en este caso con una base más sólida, para expertos en tecnología espacial. Si se han logrado llevar vuelos tripulados al satélite, ¿por qué no probar a establecer una base permanente? Lo cierto es que, aparte de los retos técnicos, parece que el factor que más disuade posibles proyectos de este tipo es el económico. ¿Qué beneficio se va a obtener de establecer una base permanente en la Luna?

Jeff Bezos, fundador de Amazon y de la empresa espacial Blue Origin, tiene otra visión, sin embargo. El magnate piensa que, en unas décadas, quizá en unos 100 años, los seres humanos tendremos que salir de nuestro planeta. Cuando las necesidades de la Tierra crezcan hasta un determinado punto habrá que buscar otros espacios. Y entonces la Luna puede ofrecer un espacio del que la Tierra no dispondrá.

Bezos reconoce que hay ciertos recursos, como algunos minerales, que solo están en la Tierra. La Luna no podría proporcionarlos. Pero nuestro satélite sí que dispone de energía solar de forma continuada y de agua bajo su superficie. Además, también cuenta con regolito en abundancia, materiales poco compactos de fragmentos rocosos, es decir, materia prima para construir.

Por eso, Bezos cree que la Luna sería un buen lugar para establecer instalaciones fabriles. Y ha hecho algo más aparte de declaraciones. Blue Origin ha propuesto a la NASA un acuerdo para crear un módulo de descenso para aterrizar en la Luna. El objetivo sería explorar las posibilidades de la fabricación en el satélite.

El módulo podría transportar hasta cinco toneladas de carga, suficiente para empezar trabajos de construcción. Por ahora, solo se trata de una propuesta y ni siquiera se sabe qué opinión tiene la NASA de ella. Pero el mero hecho de que se haya llevado a cabo indica hacia dónde mira la empresa de Bezos.

Imágenes: NASA