Blogs de Festeros.es

En nuestra ruta de Córdoba, Sevilla y Granada, una de las cosas que teníamos claro que teníamos que hacer era visitar la Mezquita de Córdoba y no nos defraudó en absoluto ya que es una auténtica maravilla. Es mundialmente conocida por sus arcos de herradura en blanco y rojo pero hoy os voy a descubrir, espero, algo más sobre este maravilloso edificio.

En cuanto llegamos a Córdoba, lo primero que hicimos fue ir a verla por fuera y uno de los rincones más bonitos para verla es desde la calleja de las flores. Desde esta estrecha y larga calle, adornada toda ella con bonitos tiestos con flores, al fondo, y sobre sus arquillos, se puede observar como sobresale la torre de la Mezquita de Córdoba. Si te gusta la fotografía, es una de las fotos que no puedes dejar de hacer.

Como veníamos de visitar Medina Azahara, ya era bastante tarde, así que hasta el día siguiente no podíamos visitarla por dentro, pero lo que sí que pudimos hacer es entrar en el patio de los naranjos. Se trata del antiguo patio de abluciones de la Mezquita de Abderraman I que fue modificado en las diferentes ampliaciones de la Mezquita de Córdoba y que actualmente tiene, nada más y nada menos, que 98 naranjos, de ahí el nombre del patio de los naranjos, que fueron plantado en hileras en el siglo XVIII. El patio de los naranjos está rodeado por unas galerías porticadas y hay 6 puertas que lo comunican con el exterior. El patio de los naranjos se comunica con el interior del templo en su muro sur, donde hay 17 arcos de herradura, que en sus orígenes, comunicaban el patio con la Mezquita. Luego fueron tapiadas para alojar las numerosas capillas que hay dentro de la Mezquita cuando ésta se convirtió en Catedral. En el patio de los naranjos, además de arcos y naranjos hay varias fuentes.
Aquí se encuentran las taquillas para comprar las entradas para ver la Mezquita de Córdoba.

Al día siguiente, programamos todo el día teniendo en cuenta que una de las visitas imprescindibles del día era visitar la mezquita por dentro.
La mezquita de Córdoba se comenzó a construir en el 785 en la primera gran etapa del dominio musulmán en la península ibérica, unos años después de que Abd al-Rahmán se proclamara emir del Al-Andalus, tras tomar Córdoba. Con este acto se convirtió en el fundador del estado islámico que terminó cuando los Reyes Católicos finalizaron la reconquista con la toma de Granada. LA construcción de la Mezquita de Córdoba se alargó hasta el año 988 y durante todos esos años sufrió muchas modificaciones ya que eran una manera que tenían los gobernantes que subían al poder de mostrar su respeto a Abd al-Rahmán. Analizando sus modificaciones arquitectónicas y sus detalles decorativos se puede observar la evolución artística, política y social que hubo durante los años que duró su construcción.

La Mezquita comenzó a construirse en el año 785, como os he comentado antes, por mandato del primer emir Abd al-Rahmán, como la mezquita principal de la capital. En esta primera etapa aparece ya su caraterística más famosa, el sistema de doble arcada, apoyado sobre columnas, que sujetan las cubiertas, y que con la combinación de piedra blanca y ladrillo rojo hacen que sea una de las imágenes más conocidas de la Mezquita de Córdoba. Este tipo de construcción ya se conocía en la época romana, y lo podemos ver en el acueducto de Segovia, por ejemplo.

La primera gran ampliación se realizó en el año 833 debido al aumento de población, por lo que se necesitaba un lugar mayor para el rezo. Durante esta ampliación se siguen utilizando los arcos de medio punto de doble arcada. La gran ampliación comenzó en 966 y hasta estas obras, las modificaciones que realizaron los distintos emires fueron de muy pequeña embergadura. Fue el emir Al-Hakam II el que la llevó a cabo. Se ampliaron sus naves en 13 metros más y aparecen los arcos polilobulados entrecruzados que sustentan tres cúpulas, soluciones arquitectónicas muy originales y únicas y decoradas con mosaicos hechos por artesanos traídos desde Bizancio expresamente para ello. De esta época son las columnas con el fuste rojo, en la nave central, y de fuste rojo y negro, colocadas de forma alterna en las naves laterales.

Con la reconquista de Córdoba, la Mezquita se convirtió al culto cristiano y con ello se cambió también su construcción. En 1523, la mezquita se convirtió en catedral, lo que supuso, entre otras cosas la eliminación de 63 columnas. Pero a pesar de la destrucción de parte de su interior, a llegado a nuestros días gracias a que este espacio siguió en uso, aunque cambió de culto. Si no hubiera sido así, muy probablemente, tras la expulsión de los judíos y musulmanes en 1492, hubiera sido abandonada y destruida. Así que, actualmente se pueden ver decoraciones y detalles musulmanes conviviendo con detalles cristianos como sus capillas o el coro. Es curioso ver esta mezcla en un mismo edificio. A mí personalmente me ha fascinado.

Hay audioguías en la entrada que te cuentan toda la historia y un montón de cosas más sobre los detalles artísticos e históricos de la Mezquita de Córdoba, pero si leéis mi post antes de visitarla igual os ayuda a poner el contexto del edificio. Si queréis ampliar esta información no dejéis de visitar la web oficial de la mezquita de Córdoba. Hay mucha información e infografías muy chulas.