09 dic
2023
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La retirada de los combustibles fósiles y sus escenariosEnviado por sociedadinformacion . Etiquetas: Sin clasificar |
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El desarrollo de la COP28 en Dubai, con la evidente constatación del enfrentamiento entre las compañías petroleras y los petroestados, por un lado, y el resto del mundo por otro, parece estar definiendo un escenario cada vez más complejo para el futuro de los combustibles fósiles, con nuevos elementos para el análisis.
Hablamos, sin duda, de la mayor transición tecnológica de la historia de la humanidad: dejar atrás los combustibles fósiles y sustituirlos por energías renovables. Pero más allá de lo que algunos crean, llevar a cabo esa transición traerá no una «vuelta a las cavernas» que nadie se cree, sino una era de mucha mayor abundancia energética. En ese sentido, el compromiso de los países de triplicar su producción de energías renovables es un avance fundamental.
Empecemos por clarificar términos y posiciones, ante el hecho de que dos palabras han tomado un fuerte protagonismo en las negociaciones: por un lado, el uso del término phase out o «eliminación», propuesto por la mayoría de los países, frente al phase down, o simple «reducción», defendido por las petroleras. Por otro, las referencias a unabated fossil fuels o «consumo directo de combustibles fósiles», en oposición a «abated fossil fuels», en donde ese consumo se combina con tecnologías de captura y almacenamiento de una cierta cantidad del dióxido de carbono producido.
A nadie escapa que lo que las empresas petroleras intentan es simplemente buscar eufemismos: primero, porque un proceso de phase out enviaría una señal al mercado muchísimo más fuerte que un simple phase down, y enviaría el valor de sus acciones al subsuelo (nunca mejor dicho). Segundo, porque resulta evidente que la discusión sobre la captura y almacenamiento de dióxido de carbono, una tecnología completamente incipiente y que no ha demostrado prácticamente utilidad, cuando todavía ni siquiera hemos conseguido un compromiso serio de reducción de las emisiones de metano y cuando ni siquiera está definido lo que significa «una cierta cantidad» del dióxido de carbono producido, es simplemente una táctica dilatoria.
Así, mientras tiene lugar la lucha por la redacción de un documento final en el que el acuerdo es que cualquier cosa que no diga claramente phase out of fossil fuels, sin matices, será un fracaso total, estamos viendo un escenario complejo que va a definir el estado del mundo entre ahora y el año 2030, en el que está previsto que el uso de combustibles fósiles pase a ser una parte residual de la economía global.
Por otro lado, la creciente inestabilidad global, con conflictos como el de Ucrania, el de Palestina y, posiblemente, el de la invasión de Guyana por Venezuela, parece acercarnos a un escenario de precios superiores a los cien dólares por barril de petróleo que podrían incluso llegar a los ciento cincuenta, todo ello unido a un contexto en el que los posibles subsidios gubernamentales estarían fuera de lugar de cara a mantener los compromisos medioambientales establecidos.
Ante este tipo de escenarios, ver a los repartidores de comida y paquetería de Nigeria, un país en el que el uso de vehículos eléctricos es similar al del número de personas en marte, adoptando e-bikes para evitar unas fluctuaciones del precio de a gasolina que les arruinan, es tan solo un anuncio de lo que está por venir. Además, al pasarse a vehículos eléctricos, afirman tener costes de mantenimiento muy inferiores, lo que contribuye a la lógica de la decisión.
Estamos ante la mayor transición tecnológica de la historia de la humanidad, y esto ya no es simplemente un escenario: es una realidad. Si no quieres creértelo, si crees que vas a poder seguir consumiendo combustibles fósiles lo que te queda de vida, o si decides no planificar tu consumo de energía para los escenarios que sabemos que vienen, ya sabes a lo que te arriesgas.
Artículo de Enrique Dans .
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